miércoles, 8 de julio de 2009

Sombras en la pared

En términos generales la derrota es algo difícil de expresar, y en política mucho más. En algunos deportes, llegar a la final es todo un éxito, pero si el resultado no es favorable, ser segundo es toda una derrota, casi peor que salir último.

Cuando Pinochet perdió el plebiscito de 1988, en esa fría e incierta noche de Octubre, cuando ya se percibía la derrota y la televisión empezó a transmitir al correcaminos, en El Palacio de la Moneda sus asesores querían convencerlo del buen resultado. Había salido segundo. Con ironía y mucha rabia, el dictador preguntó dónde estaba el champagne para festejar.

En las elecciones municipales o legislativas, nunca hay perdedores. Siempre hay algún dato nuevo. Por ejemplo se pierde en todos lados, pero se gana en la capital principal. Es una fiesta. Se sacan menos votos pero mas diputados, o se sacan menos diputados pero mas votos. O perdimos porque los otros hicieron una campaña sucia. Siempre se pueden expresar los resultados de modo de no parecer perdedor.

Pero lo mejor en esta liturgia de los resultados, la dio el otro día Nestor Kichner. En la expectativa de la elección, y por los temas que se habían puesto en la mesa, que su rival sacara mas votos que él, era sin duda una gran derrota. Efectivamente fue así. A las 10 de la noche era claro que había perdido, mas o menos dos puntos de diferencia. Los ganadores esperaron, Kirchner no reconocía la derrota. Los ganadores festejaron igual. A las 3 de la mañana aparece Kichner en el Hotel donde estaba su sede, y dice que perdió, pero por muy poco, o poquito llegó a decir. Luego agregó que si ellos hubiesen ganado por esa diferencia, seguro que los acusaban de fraude. Genial, el es el bueno porque no los acusa de fraude, y no le ganaron, sino más bien perdió por “poquito”.

En la caverna de Platón, una persona que ha pasado toda su vida encerrada y solo ha visto sombras sobre la pared, cree que la realidad es eso: sombras sobre la pared. Hoy en día con tanta información dando vuelta , que no somos capaces de asimilar y menos de analizar. Segundos puestos que son primeros, derrotas que parecen victorias, realidad virtual y pandemias de laboratorio, nos está pareciendo que la realidad es eso: sombras en la pared.